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Cómo vencer a tu yo más débil: Motivación para hacer ejercicio

¿Cómo puede tener éxito la motivación duradera?

Muchas de las promesas que te haces a ti mismo o a otros giran en torno a la pérdida de peso y la disciplina. Finalmente, la grasa en el cuello, la espalda debe estar estable o la parte superior de los brazos debe estar más definida. Para muchos, la motivación suele desaparecer rápidamente cuando el yo más débil se pone en contacto.

Por otro lado, están estas personas admirables que llevan años trotando, yendo a yoga o yendo a entrenar fútbol después del trabajo, todos las conocemos y nos preguntamos: ¿Cómo lo hacen? Queremos continuar con esta pregunta hoy.

En primer lugar: estas personas han encontrado su factor de motivación y han desarrollado determinadas rutinas que les facilitan la integración del deporte en una vida estresante. La buena noticia es: ¡tú también puedes hacerlo! Así es como puede encontrar su propia motivación personal.

¿De dónde viene el «yo más débil»?

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Cuando nos rehuimos de las tareas desagradables, rara vez es por razones físicas. Lo que nos impide abordar una conversación largamente atrasada, finalmente limpiarnos o ir a hacer deporte, es nuestra cabeza sola.

El término «yo interior más débil » se ha establecido para la indolencia general o la renuencia a abordar las cosas. El bastardo siembra pensamientos como «oh, puedo empezar a correr pasado mañana» o «no puedo hacerlo de todos modos» y muerde con tanta terquedad que dejamos ir nuestras resoluciones.

¿Pero cómo logramos silenciar al bastardo? La palabra clave es: alinear motivación y objetivos.

¿Qué tipo de motivación eres?

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Así como hay madrugadores, las personas también tienen diferentes motivos para hacer algo. Hay mucha investigación sobre la motivación y hay diferentes teorías. La teoría de la motivación de McClelland, que distingue entre los siguientes tres grupos de motivos, está bien respaldada por numerosos estudios:

Motivación al logro

La motivación de logro «describe el impulso para tener éxito y luchar y perseguir objetivos ambiciosos» (sociedad psicológica empresarial). Si tiene un fuerte motivo de logro, desea hacer las cosas mejor y de manera más eficiente que otras personas.

Es importante que las personas orientadas al desempeño actúen de forma independiente, pero también que sean capaces de comparar con otros para controlar su propio nivel de desempeño.

Si relacionamos esta motivación de rendimiento con el deporte, por ejemplo, en un grupo de corredores, la persona motivada por el rendimiento establecerá metas medibles que quiere «romper», por ejemplo, cubrir la vuelta diaria de jogging en menos de 30 minutos.

Motivación de poder

La motivación de poder describe la necesidad de ganar influencia sobre los demás y ascender en la jerarquía. Las personas motivadas por el poder son más importantes por su estatus y prestigio que por su desempeño real. En relación con el grupo de corredores simbólicos, una persona motivada por el poder tratará de marcar el ritmo, no importa qué hora salga al final. Eso distingue su motivo de logro.

Motivación de la relación

Otra motivación es la motivación de relación o la motivación de conexión social. Describe la necesidad de relaciones y vínculos sociales cercanos y amistosos con otras personas

Quienes están motivados por las relaciones evitan situaciones competitivas y se enfocan en la cooperación colegiada. En relación con el grupo de corredores, a una persona con motivación de relación le gusta estar allí porque le gusta moverse en el grupo; realizar ciertos servicios o sobresalir en el grupo no es importante para él.

Tu motivo (también) determina tu forma de hacer deporte

Por supuesto, nadie actúa por un motivo, pero la mayoría de las veces se puede reconocer un motivo dominante. Darse cuenta de su propia motivación puede ayudarlo a encontrar el deporte que más le convenga. Por ejemplo, si está más orientado al rendimiento, documentar su rendimiento y progreso, por ejemplo, con un rastreador de actividad física o una aplicación, puede ser muy útil. Por otro lado, aquellos que tienden a estar motivados por las relaciones probablemente serán más felices en un campo de deportes en buena compañía que en un trote solitario en el parque.

¿Qué deporte te conviene más?

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El deporte más grande y eficaz no tiene sentido si no se practica. Por lo tanto, debes elegir un deporte que se adapte a ti, no uno que supuestamente sea bueno para ti. Tomemos la natación como ejemplo: ¡un gran deporte para desarrollar músculos y fortalecer la espalda!

Pero nadar es caro, lleva tiempo y ya en la ducha empiezas a congelarte. Si estos factores son demasiado para ti, opta por un deporte que requiera menos esfuerzo. Por ejemplo, tome sus zapatos deportivos y comience a correr o caminar justo afuera de la puerta de su casa. Se supera el primer obstáculo de la motivación.

La hora del día también es un factor decisivo, si no te gusta la mañana, entonces el plan para salir a correr justo después de levantarte no es muy prometedor a largo plazo. Porque simplemente no te gusta salir al frío de la mañana y correr medio dormido. Por la noche, después del trabajo, puede que le resulte más fácil.

Esté allí con pasión y todos tus sentidos. Disfruta del ejercicio, el aire frío, mira a los demás corredores, para seguir el ejemplo, salir corriendo como un niño: así es como puedes despejar tus obstáculos internos con diversión.

Por último, pero no menos importante, una de las claves para divertirse haciendo ejercicio siempre es hacer un poco menos de lo que realmente puede. Quienes se abruman constantemente se ponen de mal humor y pierden la motivación. La sensación de que todavía hay algo que hacer, por otro lado, nos motiva a poner a prueba gradualmente nuestros límites, de manera lúdica y sin presión.

Divida su objetivo en muchas etapas pequeñas

“Quiero verme bien en bikini nuevamente para el verano”, suena como un objetivo concreto al principio. Pero para lograrlo, tenemos que romper el camino en muchos pedazos pequeños. Porque nadie pasa de ser un adicto a la televisión a ser un fanático de los deportes en unas pocas semanas.

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En el primer paso, escriba su objetivo y colóquelo donde siempre pueda verlo fácilmente, por ejemplo, en la puerta del frigorífico.

Ahora es cuestión de plantearse cómo se puede lograr este objetivo: en nuestro caso, con una combinación de dieta y ejercicio.

Si quieres hacer más deporte, debes hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo encaja el deporte en mi vida diaria?
  • ¿De dónde debería venir el momento?
  • ¿Cuándo exactamente debe realizarse qué formación?

En el siguiente paso, formula metas concretas y realistas, por ejemplo, «mañana a las 18:30 horas correré 25 minutos en el parque». Introduce estas citas contigo mismo en el calendario.

El deporte se convierte en parte de tu vida

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Has determinado tu motivación, definido tus objetivos y los has dividido en claras etapas intermedias. ¡Felicidades! Ahora se trata de dejar que el ejercicio diario se convierta en parte de la carne y la sangre, como ocurre con las personas que admiras por tu disciplina. Estos consejos te ayudarán a:

  • Si te has fijado el objetivo de hacer media hora de deporte todos los miércoles a las 18.30 horas, entonces puedes crear las condiciones perfectas de antemano, por ejemplo, empacando tu bolsa de gimnasia por la noche, llenando tu botella de agua o preparando tu ropa para correr.
  • Utilice deportes y tiempo de ejercicio que se puedan integrar fácilmente en la vida cotidiana, es decir, use el estudio a la vuelta de la esquina en lugar de en el otro extremo de la ciudad, comience a correr frente a la puerta o, si está disponible, use las ofertas deportivas de su empleador.
  • Ingrese la capacitación como una fecha fija en su calendario que no se puede cambiar.
  • Prepare una alternativa para el mal tiempo, como nadar en lugar de trotar cuando está lloviendo cuerda afuera.

Declara tus metas

Comparta su proyecto con quienes le rodean. Esta es una gran ayuda motivacional, porque ¿quién querría admitir ante familiares y amigos más cercanos después de unas semanas que el proyecto no se pudo llevar a cabo? ¡Así que habla de ello!

Recompénsate

Después de las primeras semanas de euforia, suele haber falta de motivación. Esté preparado: ¡llegará! Con pequeñas recompensas por cada éxito, crea incentivos. En concreto, puede ser una buena comida, un nuevo accesorio o una tarde de escalada de cata. Seguro que se te ocurrirán cosas bonitas con las que te podrás recompensar.

Admítete el fracaso

Mantenga fresca su motivación con una dosis extra de optimismo. Esto también incluye aceptar los contratiempos y no desanimarse por ellos. Si siempre sacas lo mejor de la situación, te acercas un poco más a tu objetivo.

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