Algunos alimentos son alérgicos y pueden producir síntomas muy desagradables e incluso potencialmente mortales. Sin embargo, resulta que la comida también puede protegernos contra las alergias.
A continuación, compartimos contigo los 5 mejores alimentos para las alergias:
1. Frutas y vegetales sin procesar

Las frutas y verduras, ricas en vitamina C, inhiben la secreción de histamina, una neurohormona responsable de la aparición de reacciones alérgicas como fiebre del heno, lagrimeo, enrojecimiento y sarpullido.
Incluso se administran altas dosis de vitamina C para aliviar temporalmente las alergias graves. Pero eso no es todo: las frutas como el kiwi, las uvas, los arándanos y las fresas todavía tienen un arma poderosa en forma de fisetina, un antioxidante que tiene propiedades antiinflamatorias y reduce las reacciones alérgicas al estimular el cuerpo para producir más glutatión, que protege las células. La fisetina de laboratorio resulta ser eficaz para reducir los síntomas relacionados con el asma.
Las manzanas también tienen una gran dosis de quercetina, un flavonoide con efecto antihistamínico natural, que se utiliza en la producción de fármacos antialérgicos. La quercetina también se encuentra en mayores cantidades en cebollas, frutas cítricas, pimientos y arándanos.
Una dieta rica en verduras también ayuda con las alergias estacionales: un estudio encontró que los niños con asma experimentaron una mejora significativa en sus síntomas al consumir tomates, berenjenas, pepinos, judías verdes y calabacines de forma regular. Además, el ajo fresco, gracias al contenido de fuertes antioxidantes y selenio, reduce las reacciones alérgicas, especialmente la fiebre del heno.
2. Pescado

Los pescados de mar grasos como el salmón, el atún, la caballa y el arenque contienen los famosos ácidos grasos omega 3, que sirven para todo. Numerosos estudios científicos han confirmado que el consumo regular de pescado azul fortalece enormemente el sistema inmunológico, reduce la inflamación en el cuerpo y al mismo tiempo «apaga» las reacciones alérgicas.
En un experimento australiano, 508 personas fueron sometidas a una dieta especial a base de pescado que consistía en comer el pescado de mar graso mencionado anteriormente al menos una vez a la semana. Descubrió que sus posibilidades de desarrollar fiebre del heno se redujeron en un 80% en comparación con sus compañeros.
3. Yogur

Entre los alergólogos, los productos lácteos probióticos con propiedades antiinflamatorias y antialérgicas, especialmente fuertes durante el embarazo y la lactancia, también son muy populares. Las madres que bebieron bebidas lácteas acidificadas con cultivos de Lactobacillus casei durante el embarazo dieron a luz a niños que padecían eccema con mucha menos frecuencia.
En Italia, también se probaron los efectos de los probióticos en niños en edad preescolar y se descubrió que después de un año de consumo regular de yogur y kéfir con bacterias vivas, los niños de 2 a 5 años experimentaron significativamente menos reacciones alérgicas claramente más leves que el grupo de control con placebo.
4. Nueces y semillas

Las nueces y la linaza, por ejemplo, son fuentes extremadamente ricas en ácidos grasos omega 3, por lo que pueden ser una alternativa al salmón.
Además, el selenio y la vitamina E, presentes en muchos tipos de frutos secos, así como las semillas de calabaza y de girasol, pueden calmar la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico, preparándolo para afrontar mejor los alérgenos.
Las nueces también son una fuente de magnesio (las almendras tienen la mayor cantidad de magnesio), un elemento que ayuda a combatir las alergias persistentes. El magnesio dilata los bronquios y combate las histaminas. Un estudio estadounidense incluso encontró que las personas que tenían deficiencia de magnesio tenían una respuesta mucho peor a un ataque de alérgenos.
5. Té verde

Además de muchas otras propiedades sorprendentes para la salud, el té verde también tiene propiedades antialérgicas. Los fuertes antioxidantes contenidos en la infusión verde de catequinas, que también promueven la pérdida de peso, dificultan que el cuerpo transforme la histidina en histamina, reduciendo así la fuerza de la reacción alérgica. Vale la pena saber que el poder de las catequinas depende en gran medida de la presencia de vitamina C, por lo que se recomienda beber té verde después de las comidas ricas en frutas y verduras.